Julián Alvarez sale al rescate
Julián Alvarez no sólo es una estrella universal y el futbolista franquicia del Atlético para la próxima década por haber levantado en seis años como profesional, a sus 24 primaveras, un Mundial, la Champions, el Mundial de clubes, la Libertadores, la Finalissima, dos Copas América o dos Premier, sino también porque con tal palmarés ni le duelen prendas ni le asoma un mal gesto cuando tiene que ingresar a los 60 minutos en un campo de hierba artificial y ante un rival de quinta categoría para resolver la papeleta.
Así se fraguó su primer doblete como rojiblanco, el que permite al Atlético seguir vivo en la Copa después de que la UE Vic se le subiera a las barbas durante los 80 minutos anteriores. Le sobró sangre fría para transformar el penalti que acababa con el sufrimiento y encarrilaba la eliminatoria y calidad para firmar el segundo en el área como no había sido capaz Sorloth en la primera parte, ni Correa, Riquelme y compañía más adelante.
De hecho, sin hacer ruido, bajando al barro, corriendo como el que más, zafándose en defensa, siendo el primero en la presión siempre y, en definitiva, anteponiendo siempre el grupo a su interés individual, la Araña no sólo se erige ya en el máximo goleador del Atlético con seis tantos (cuatro lleva un Griezmann del que también acabaría echando mano El Cholo), sino que se trata de la mayor esperanza para que la temporada acabe con algún título.