© hoy.esEl PP pretende exhibir que «la capacidad legislativa» es suya
El estallido del 'caso Cerdán' que metió gasolina en junio a las investigaciones abiertas al exministro José Luis Ábalos y al hombre para todo de éste, Koldo García, animó las expectativas de los populares de que las causas por corrupción actuaran como acelerador de la salida del presidente, persuadidos, además, de que el tiempo jugaba a su favor.
Antes del verano, todo parecía ser bueno para el convento: si Sánchez caía arrastrado por Cerdán, bien; si se alargaba la agonía también bien, porque mayor sería la brecha con un PP entonces henchido por el viento de las encuestas.
Pero pasó el estío, Sánchez se aferró a la aparente tabla de salvación de asuntos sociales sensibles como Gaza o el aborto y el espumeo de la competitividad de Vox se disparó. «La pinza», en descripción de los de Feijóo, que encadenaron días frustrantes con la comparecencia en el Senado salvada por Sánchez y, sobre todo, con el enquistamiento de la 'crisis Mazón' hasta su forzosa renuncia.