© hoy.es«Los 'sugar dad' y OnlyFans son entradas solapadas a la prostitución pura y dura»
–Es la historia real de una mamá ingeniera que adopta a una niña. Hasta allí es 100% real. Pero luego hablo del mundo de los proxenetas 2.0, que tiene que ver con mi investigación de documentalista, activista, investigadora. Hablo de unos proxenetas muy modernos, muy contemporáneos. También hay mucho de mí, de mi trabajo con fiscalías o escuchando a niñas muy jovencitas que fueron captadas, violadas y apaleadas. Hablo de cosas que son brutales, que podrían ser más ficción que realidad.
–Conocí a una víctima de trata hace 20 años. Ella quería lo mismo que yo, quería ser feliz, quería dar de comer a sus hijos. Lo mismo que quería yo, exactamente lo mismo. La diferencia era dónde había nacido ella y dónde yo. En ese momento la trata no era un delito. La que era puta era porque quería, decían.
Aquella chica me habló de esclavitud y cautiverio, en Madrid en un piso del que no podía salir. Explotada, vejada, tenía una deuda. Yo quise contarlo y aprendí el oficio de realizadora para esta historia. Y al final se convirtió en mi propósito, porque soy mujer, madre y ser humano. Me doy cuenta de que hay cada vez más gente delgada de empatía y más gorda de yoísmo.