'El baño del diablo': bella y sobrecogedora
Hay películas que te encogen el corazón y el alma si contar, necesariamente, algo bello. Te emocionan sin recurrir a un torrente de buenos sentimientos. Te acongojan si dar miedo. Pasean por nuestro lado oscuro y nos muestran una cara del ser humano nada complaciente. 'El baño del diablo', a pesar del título, no es en esencia un filme de terror. Es un drama histórico angustioso que deja huella.
Con un visionado basta para agradecer su existencia. Quizás no hace falta contemplar sus imágenes más de una ocasión para apreciar sus virtudes cinematográficas. Con una vez basta. Lo que cuenta es tan real como desgarrador. Como espectador, la experiencia es arrasadora y, cabe insistir, no es debido a una exposición macabra. La violencia explícita apenas hace acto de presencia.
Se trata, más bien, de una violencia simbólica que invita a reflexionar sobre las múltiples contradicciones del ser humano y lo irracional de nuestro comportamiento cuando el fanatismo y la hipocresía hacen acto de presencia.