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La memoria es el gran tema del cine de Hojman, que ha reivindicado en sus películas a Rubén Darío, María Lejárraga y Antonio Machado. En el caso de Gómez Arcos, no hablamos de un escritor maldito –Mitterrand enviaba un motorista a su casa para que le dedicara cada nuevo libro–, sino de un hombre que mudó de idioma y de piel en Francia cuando se autoexilió de España a finales de los 60, harto de que la censura torpedeara su prometedora carrera de dramaturgo.
El autor de 'El cordero carnívoro' abordó en su obra el trauma de la Guerra Civil y la ferocidad de los vencedores. Nació en una familia republicana, pastoreó cabras, no ocultó su homosexualidad y encontró como otros intelectuales de su tiempo refugio y reconocimiento en París.
Pedro Almodóvar, que vivió con el escritor durante un tiempo en un piso compartido, Marisa Paredes, Bob Pop y los dramaturgos Alberto Conejero y Paco Bezerra diseccionan la figura de Gómez Arcos, cuyas deslumbrantes novelas ha editado entre nosotros en los últimos años Cabaret Voltaire. Siempre rechazó el ofrecimiento de ser ciudadano francés, porque eso hubiera significado que no era español.