Marc Márquez aprovecha un chaparrón para volver a ganar en Misano

Hace una semana en Aragón, Marc Márquez rompía su peor racha sin ganar una carrera. Y solo tuvo que esperar siete días más para regresar al escalón más alto del podio. Su lugar natural y el que más veces ha pisado en MotoGP. La victoria número 61 en la clase reina demuestra que de Cervera no solo está de vuelta, sino que lo hace para quedarse.

Volvió a ganar gracias a su instinto y a un talento innato para ser rápido cuando más difíciles son las condiciones. El cielo se había encapotado justo después de acabar la carrera de Moto2 y en la parrilla la tensión iba en aumento cuando caían gotas sobre el asfalto. La carrera fue declarada en seco, pero los comisarios mostraban la bandera blanca que permitía a los pilotos entrar en cualquier momento al pit lane a cambiar de moto.

Durante las primeras vueltas el cielo aguantó, con Bagnaia liderando la carrera, por delante de Martín y Bastianini, mientras que Márquez estaba bloqueado por el sudafricano Binder, al frente del segundo grupo que perdía más de cuatro segundos con cabeza de carrera. Pero en el inicio del sexto giro, la lluvia empezó a caer con más fuerza y las MotoGP empezaban a deslizar sobre un asfalto que se iba empapando poco a poco. Ese fue el momento clave de todo el fin de semana, porque alteró el orden establecido hasta ese momento y condenó al único de los de cabeza que erró con su decisión.