«Los tontos hacen poderosos a los malvados»
El joven reportero Arturo Pérez-Reverte llegó a El Pireo en 1976 en busca de un carguero que le llevara al Líbano para contar su guerra. «Solo había putas, traficantes y basura; pagué cien dólares y llegué a Beirut», cuenta medio siglo después el hoy escritor y académico en el mismo puerto.
Regresa a Atenas para embarcarse en un moderno deslizador con destino a la isla de Agistri con su nueva novela en las manos. 'La isla de la mujer dormida' (Alfaguara) es una historia de aventuras y amor, con la guerra civil como telón de fondo contada por el testigo de un mundo que se desmorona lamentando que, hoy como ayer, los tontos empoderen a los malvados.
«Se piensa que la guerra se libró solo en España, y se luchó el Atlántico, en el canal de Sicilia o en el Egeo, y no es verdad», explica el escritor en los muelles del puerto de Agistri a un grupo de periodistas, bajo un inclemente sol del que se protege con un gorro propio del inspector Clouseau y ayudándose con un bastón para caminar tras una traicionera caída.