Los perros del estudio de Biodogtor detectan el cáncer de pulmón «con precisión máxima»

Fue en 2016 cuando Nuria González y José Luis García, dos guías caninos de la Policía Nacional –ella también veterinaria–, dieron forma a la idea y se la expusieron al director del Idival, Galo Peralta, que les puso en contacto con el jefe de Oncología, Fernando Rivera. Ambos coincidían en que el proyecto de la huella olfativa del cáncer tenía futuro.

A partir de ahí, había mucho trabajo que hacer, con el problema de fondo que siempre frena la labor investigadora: la financiación. Después se añadieron otros obstáculos por el camino, incluida la pandemia de covid, que fue un frenazo en seco que hizo perder tiempo pero no mermó ni un ápice la ilusión de sus impulsores.

«Sabíamos hasta dónde pueden llegar los perros, porque trabajamos con ellos a diario en detección de drogas, búsqueda de personas...», detalla González, que recuerda el día que uno de sus 'agentes' de la Unidad canina se paraba, una y otra vez, frente a una papelera en pleno rastreo de explosivos.