La figura sin regular de la mujer del presidente
La declaración de intenciones de Sonsoles Espinosa, esposa del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, certificó en 2011 el limbo en el que, aún a día de hoy, se encuentra el papel de las consortes del líder del Ejecutivo en España.
En las monarquías parlamentarias el título de primera dama –o del primer caballero, cuando la jefa de Estado es una mujer– recae en la Reina, pero la Constitución no reconoce ni cita las atribuciones para la pareja del presidente del Gobierno, tampoco tiene sueldo público ni agenda institucional y su influencia está determinada por la manera de actuar del presidente.
La controversia sobre los contactos profesionales de Begoña Gómez, cónyuge de Pedro Sánchez, con personas involucradas en el 'caso Koldo' –por las que podría ser llamada a declarar en las comisiones de investigación de Congreso y Senado– ha puesto el foco en si las funciones de los consortes debería regularse con el fin de evitar posibles conflictos de interés, más allá del reproche ético si su comportamiento no es ejemplar o si deben apartarse en asuntos asuntos que puedan generar sospechas de nepotismo o tráfico de influencias.