
Formoso, el Papa cuyo cadáver fue juzgado y mutilado por uno de sus sucesores
Se sabe casi más del recorrido del Papa Formoso tras su muerte que de su vida. Las fuentes son escasas y confusas, pero tuvo que nacer probablemente en Roma hacia 816, porque a su muerte fue descrito como un anciano de ochenta años. El Papa Nicolás I lo nombró cardenal obispo de Portus, ciudad portuaria en la desembocadura del Tíber, en 864, para enviarlo después como su legado a Bulgaria. También representó al sumo pontífice en Constantinopla y en Francia, con el imperio carolingio en proceso de descomposición.
Formoso tomó partido además en la convulsa política italiana del momento, con la península dividida en una miríada de estados enfrentados, apoyando la coronación de Arnulfo de Carintia como rey de Italia , lo que lo enfrentó con el entonces Papa Juan VIII, partidario de Carlos el Calvo. Excomulgado y destituido, Formoso tuvo que huir de Roma.
El Papa Marino I levantó su castigo, lo llamó de vuelta a Roma y en 883 lo restituyó a su diócesis de Portus. Durante los cortos pontificados de Marino, Adriano III y Esteban V, Formoso se mantuvo en un segundo plano bastante discreto, pero debió de ganar peso político e influencia eclesiástica, porque en septiembre de 891 fue elegido para suceder a Esteban, parece que por unanimidad.