El Real Madrid se convierte en un polvorín, con una guerra de 'todos contra mí'

Los 12 fueras de juego que provocaron el sonrojo del Real Madrid en el último clásico ante el Barcelona y la chiquillada de no asistir a París a la gala del Balón de Oro por el contrariado Vinicius no es el único ruido intenso que vive la entidad de Chamartín en los últimos tiempos, que se mantiene a la gresca con los vecinos del remodelado Santiago Bernabéu, en un rifirrafe constante con la UEFA y está salpicada en varios escándalos sexuales entre los de Kylian Mbappé y varios canteranos de Valdebebas.

La balsa de aceite del conjunto madridista se ha convertido en un polvorín con dos revolcones en apenas tres días, pasando de la euforia con la remontada en la Champions ante el Dortmund, al ridículo del 0-4 ante el Barcelona de Hanski Flick y la sacudida de la prensa mundial por el ataque de importancia del delantero brasileño tras no ser ganador de un trofeo que se llevó con todo merecimiento Rodri Hernánez, el arquitecto que hace funcionar al City campeón de la Premier y a la España ganadora de la Eurocopa.

Vive el conjunto que preside Florentino Pérez una guerra constante en un inicio de temporada que no es el soñado para los blancos. Viene de lejos su pulso con la UEFA, organizadora de la ceremonia al Balón de Oro por primera vez con France Football, y aunque tiene varios frentes abiertos con distintos actores, el argumento que defiende no deja de ser el 'todos contra mí'. Una actualidad que recuerda a la extinta era de José Mourinho cuando actuaba como Napoleón Bonaparte para librar sus particulares contiendas psicológicas frente a cualquiera que osara ponerse en su contra.