El Prado lleva a su galería central las esculturas de los Leoni
El Prado tiene una formidable colección de esculturas, con más de un millar de piezas, pero la pintura es la reina indiscutible de la pinacoteca. Pero su director, Miguel Falomir, ha querido devolver el papel protagónico que merece a uno de sus tesoros: cinco piezas –cuatro bronces y un mármol- de los Leoni.
Son las esculturas de la emperatriz Isabel de Portugal, la reina María de Hungría, Carlos V y Felipe II, todas realizadas en los talleres de Leone (1509-1590) y Pompeo Leoni (h. 1533-1608), los más importantes e influyentes escultores de su época al servicio de la Corte española. Las cinco obras se recolocan a menor altura, lo que permite disfrutar los detalles de su factura.
Las cinco esculturas que estaban en el Claustro de los Jerónimos pasan de forma permanente al lugar más noble del Prado, su Galería Central, junto a pinturas de Tiziano, que también contribuyó a difundir la imagen de la Familia Real. «Se devuelve a estas cinco esculturas su gran simbolismo en el contexto del retrato dinástico de los Habsburgo, afianzando así el propio discurso expositivo del Museo», dicen sus responsables de una iniciativa «de gran trascendencia por la relevancia artística de las obras.