
El colapso político de Países Bajos ensancha la brecha de la inmigración en Europa
El último informe del Gobierno francés, publicado en mayo de 2025 y recogido por Le Figaro y otros medios franceses, hizo sonar la alarma. Clasificó las actividades de los Hermanos Musulmanes en suelo francés como una «amenaza para la cohesión nacional», revelando la existencia de 139 mezquitas vinculadas a la red 'Musulmanes de Francia', nuevo nombre de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia.
No se trata de violencia ni de extremismo violento. Lo que genera preocupación es el estilo calmado y metódico que emplea la organización -conocido como «avance silencioso»- para construir estructuras sociales paralelas dentro de los Estados democráticos que promueven una identidad religiosa cerrada, que se separa gradualmente de la identidad nacional, y que aprovecha el discurso de los derechos para proteger un proyecto que no cree en la democracia más que como medio. Y aunque Francia esté a la vanguardia del debate, la amenaza no se limita a sus fronteras.
La organización tiene presencia en España en zonas con alta densidad de población musulmana, como Cataluña y Madrid. Informes de seguridad europeos señalan intentos de replicar el modelo francés mediante la toma de control de mezquitas, el dominio de asociaciones locales y la creación de alianzas con ciertos sectores políticos de izquierda, que desconocen los objetivos reales de estos grupos.