El Bayern, la antigua bestia negra destronada que no necesita el balón
Hoy por hoy el Bayern ya no es aquella bestia negra que amenazaba especialmente en Múnich, una ciudad en la que el Madrid no probó el dulce sabor de la victoria hasta el todavía reciente 2014, cuando asalto el feudo bávaro (0-4) camino de la final de Lisboa en la que conquistó la Décima. Este equipo germano dirigido por Thomas Tuchel incluso ha cedido el trono de la Bundesliga tras once largos años de dominio indiscutible y en Alemania languidece a la sombra del sorprendente Bayer Leverkusen de Xabi Alonso.
Sin embargo, haciendo honor a su tradicional espíritu competitivo, se aferra a la Liga de Campeones como vía de escape frente a la inestabilidad interna que discute el tradicional estereotipo de fiabilidad germánica. Su entrenador, Tuchel, permanece en la picota después del tira y afloja con Uli Hoeness, presidente de honor del Bayern e institución en el club, a cuenta de las críticas públicas a sus métodos. No parece el ambiente ideal para encarar toda una semifinal de la Champions y contrasta con la situación idílica de Ancelotti en el Madrid.
El Bayern de Tuchel, que no seguirá en Múnich al término de esta temporada, camina en el ojo del huracán aferrado a otra cualidad que se suele atribuir al espíritu alemán, la practicidad. Nada de abusar del control de balón y acumular posesión a base de pases y más pases.