
El AVE que atravesó el infierno
Azucena tiene 30 años y desde hace siete es maquinista de Renfe, los últimos cinco como conductora de Alta Velocidad. A los mandos del tren 5273, un monstruo de acero de 200 metros de largo y 335 toneladas de peso con doce vagones y 330 pasajeros, su AVE cubre el trayecto Madrid-Ourense, el mismo que se reabrió hace unos días tras permanecer una semana cerrado por los incendios que han asolado Galicia y parte de Castilla y León.
Junto al interventor Carlos Ayuso y los dos camareros del vagón cafetería, conforman los cuatro miembros de la tripulación.
El AVE ha partido a las 10.04 de la mañana del lunes de la estación de Chamartín, con parada en Zamora y destino final en Ourense, a 460 kilómetros de Madrid, a donde llegó sobre las 12.15 del mediodía alcanzando en algunos tramos puntas de velocidad de 300 kilómetros por hora y sin ningún tipo de incidencia. Un viaje perfecto. O no.