De ríos a calles: cómo la ocupación de cauces agrava las inundaciones en España
El nombre de la calle dice mucho de su historia. El callejero español está lleno de santos, de santas, de literatos, de científicos, de monarcas, de militares y hasta de deportistas. Las hay en formato de callejuelas, de avenidas o, simplemente, de calles. Unas reciben el nombre del personaje que las habitó y otras lo reciben de un accidente geográfico.
En España hay más de 1.000 calles bajo el nombre de arroyo. Arroyo Real en Mijas (Málaga), o Arroyo Abajo en Cantimpalos (Segovia), o Arroyo Cordel en Yuncos (Toledo). ¿Barranco? Más de 990. En Letur (Albacete), en Carboneras (Almería), o en Jerez de la Frontera (Cádiz).
Por donde antes pasaba agua, ahora es asfalto, cemento y hormigón. «No se ha tenido en cuenta los aspectos hidrológicos en los diseños urbanos», explica José María Santafé, miembro del Grupo de Agua del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. La DANA del pasado mes de octubre convirtió muchas calles en Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía en ríos y torrentes embravecidos.