
Calixto Bieito desata la polémica con Rossini
El Festival Rossini de Pésaro nació en 1980 con la única misión de redescubrir el repertorio del compositor italiano. Muchos pensaron entonces que no duraría más de un puñado de veranos. ¿En qué biblioteca o desván se exhumaría algo mejor que 'El barbero de Sevilla' o 'Guillermo Tell'? ¿O 'Semiramide' y 'Tancredi'? El entusiasmo calló bocas porque no tardó en convertirse en una cita de proyección internacional, con una programación que no solo abarca producciones operísticas, sino también conciertos líricos, obras religiosas, cantatas, música de cámara...
En esta 46 edición, el fichaje de Calixto Bieito para abrir fuego se ha agitado como señuelo para atraer nuevos públicos y poner al día las puestas en escena del festival. No en vano se trataba de un doble desafío para el director de escena mirandés y responsable artístico del Teatro Arriaga: debutaba en Pésaro y le correspondía inaugurar el festival.
Y además, con un título de la complejidad de 'Zelmira', en las antípodas de la ligereza y chisporroteo de la ópera bufa. El montaje se estrenó el pasado domingo, la última función será el martes y las críticas en Italia han sido demoledoras.