
Un informe recomienda triplicar la inversión anual en resiliencia hídrica hasta los 6.000 millones de euros
El Informe destaca que España se encuentra entre las regiones más vulnerables de Europa, con una frecuencia creciente de eventos extremos. Las sequías se han intensificado en duración y severidad, mientras que las lluvias torrenciales, aunque menos frecuentes, son cada vez más intensas y destructivas. Sin medidas de adaptación ambiciosas, las previsiones apuntan a una disminución progresiva en la disponibilidad de agua y un aumento de la exposición a sequías, con graves impactos para la agricultura, el abastecimiento urbano y los servicios ecosistémicos.
Según la Global Commission on the Economics of Water, si no se toman medidas, España podría perder hasta el 8% de su PIB para 2050 debido a la crisis hídrica, lo que supondría más de 136.000 millones de euros. Sin embargo, la inversión en infraestructura resiliente permitiría reducir entre el 40% y el 65% de las pérdidas proyectadas, según el Foro Económico Mundial. Así, triplicar la inversión anual en resiliencia hídrica hasta los 6.000 millones de euros permitiría evitar un impacto económico de 88.400 millones de euros en los próximos años.
En esta línea, Facsa advierte sobre los costes y el impacto de no actuar frente a los riesgos climáticos extremos. Entre 2000 y 2019, los desastres climáticos generaron pérdidas globales superiores a los 2,97 billones de dólares. En Europa, podrían superar los 170.000 millones de euros anuales si no se intensifican las medidas de adaptación.