Un duende se cuela en la fiesta del campeón del mundo
Justo a las puertas de la Navidad, territorio fecundo para la irrupción de criaturas mitológicas, un duende visita el Santiago Bernabéu. Veinte años exactos después de presentar por primera vez sus credenciales en Chamartín, Jesús Navas, leyenda eterna del Sevilla, regresa al coliseo merengue para cerrar su virtuoso ciclo como futbolista.
A sus 39 años, y con una extraordinaria carrera a sus espaldas en la que brillan especialmente dos Eurocopas y un Mundial ganados con la selección española, aquel niño de los ojos azules que contribuyó el 22 de diciembre de 2004 a la victoria lograda por el equipo de sus amores en el feudo del Paseo de la Castellana con un solitario gol del posteriormente madridista Julio Baptista, pondrá el broche a una trayectoria impecable.
Lo hará intentando aguar la fiesta del Real Madrid, que ofrecerá este domingo a su hinchada el título de la Copa Intercontinental conquistado en Doha y aspira a sacar rédito de una jornada favorable a sus intereses para poner la guinda a un año 2024 espectacular por parte de los blancos.