
Los armenios de Karabaj deponen las armas tras el alto el fuego decretado por Azerbaiyán
El presidente azerbaiyano, Ilham Alíyev, expuso la pasada noche durante una conversación telefónica con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, las condiciones para que el Ejército de Bakú detenga la operación «antiterrorista» lanzada contra la parte de Nagorno Karabaj que no controla.
Según la información difundida por ambas partes tras el contacto, Alíyev dijo que, si los grupos armenios armados «deponen las armas y se rinden, se suspenderán las medidas antiterroristas». Según sus palabras, los armenios que viven en el disputado enclave montañoso «fueron invitados repetidamente a dialogar, pero todas las veces rechazaron reunirse. Incluso, comenzadas ya las actividades antiterroristas, fueron instados nuevamente al diálogo».
Alíyev informó a Blinken sobre las razones por las que se inició la ofensiva en Nagorno Karabaj señalando que «civiles y militares azerbaiyanos fueron víctimas de las explosiones de minas instaladas por las Fuerzas Armadas de Armenia (…) cuyos efectivos dispararon contra las posiciones del Ejército azerbaiyano con morteros y armas ligeras de distintos calibres», señala el servicio de prensa de la Presidencia de Azerbaiyán.