© hoy.es«Lo hemos perdido todo en el incendio pero seguimos vivos, somos afortunados»
La imponente silueta carbonizada de los bloques se confunde en la noche, no así los focos todavía activos, aunque controlados, en las plantas más altas, de los que se desprende un humo que envuelve la calle en un intenso olor a quemado. La vía está tomada por efectivos policiales y decenas de camiones de bomberos, que bombean agua sin descanso gracias a mangueras elevadas.
La urbanización consta de ocho edificios de 31 plantas y 90 metros de altura, hogar de unas 4.500 personas, según el censo gubernamental. Una construcción colosal, como lo es también la desgracia: las últimas cifras oficiales hablan de 83 fallecidos y 76 heridos, las cuales seguirán aumentando a medida que avancen las labores de rescate.
El cuerpo de bomberos no ha cuantificado los desaparecidos, que en horas previas se contaban por cientos. En su actualización más reciente se ha limitado a apuntar que 296 de las 346 llamadas de auxilio han sido solucionadas, lo que deja medio centenar en el limbo.