© canarias7.esLas aldeas de cuento que adornan Ezcaray
Todas aguardan a ambos lados del río y sobre barrancos, adornadas por una arquitectura popular que las convierte en peculiares recuerdos del pasado, pecas poblacionales rodeadas por una belleza natural que rige sus destinos y completa la composición perfecta para un cuadro. Cada casa se eleva tres plantas máximo, en piedra de mampostería.
Ganadería, agricultura y minería prorrogaron una existencia adornada por lavaderos, hornos, tornos para herrar, ermitas e iglesias. Danzan bailes costumbristas entre sus callejas a las faldas de la Sierra de la Demanda, suenan a ayer, de ahí que hayan las hayan declarado de Interés Público.
Los relojes dejaron de avanzar entre sus muros, sus manillas se abandonaron al deleite de escuchar el rumor del agua, el canto de los pájaros, el silencio y la calma. Los caminos entretejieron una red casi invisible para conectarlas, como venas de un cuerpo que mantiene el fluir de la sangre rural, de un mundo acosado por el presente que lucha por persistir en el futuro.