© canarias7.esLa nueva Siria tras Al Assad cumple un año sin caer en el caos
Durante cinco décadas, Hafez y Bashar Al Assad, padre e hijo, gobernaron Siria bajo el eslogan 'Assad o el caos' y se presentaron como los únicos capaces de mantener el país bajo control. Para ello no dudaron en reprimir con el uso máximo de la violencia cualquier intento de levantamiento o revuelta. Bashar llevó el nivel de brutalidad al máximo con una guerra civil de trece años que dejó el territorio arrasado.
Doce meses después de la huida del dictador a Rusia, Siria no ha caído en el caos, tiene a un presidente -Ahmed Al Sharaa, de 43 años y exmiembro de Al Qaeda- reconocido por Estados Unidos y Europa, respira más libertad y sigue subida en la nube de la emoción del cambio. Una nube de la que los sirios bajan a tierra cada día cuando se dan cuenta de que no tienen para comer.
«Ahora tenemos más espacio para hablar, es cierto. Antes, como activista político, libraba una lucha con un Estado autoritario. Hoy, el desafío es más complejo: prevenir la desintegración del país, construir una legitimidad civil, insistir en la inclusión y el pluralismo», explica Anas Joudeh, abogado que durante el antiguo régimen lideró varias iniciativas de diálogo entre comunidades.