
La minoría blanca de Sudáfrica encuentra refugio en Estados Unidos
«Lo que está ocurriendo allí es un genocidio, algo terrible, solo que ustedes no quieren escribir de ello», sermoneó el lunes el presidente a los periodistas que atendieron su última conferencia de prensa en la Casa Blanca antes de partir. Su certidumbre hizo dudar a algunos. ¿Sería verdad que Sudáfrica está «matando brutalmente» a los agricultores blancos para quedarse con sus tierras y el mundo no se ha enterado? El mandatario volvía a reescribir la historia de acuerdo a teorías de la conspiración, ampliamente desacreditadas, que su círculo le ha susurrado al oído durante años.
«Para quienes crecimos bajo el régimen del apartheid, rodeados de carteles de 'Solo Blancos', cuando los chicos blancos perseguían a los negros por deporte, esto es un verdadero puñetazo en el estómago», dijo el profesor de historia de la Universidad de Princeton, Jacob Dlamini. Los blancos son el 7% de la población en Sudáfrica pero poseen el 72% de todas las tierras de cultivo, arrebatadas a los indígenas a principios del siglo pasado. La legislación de los colonos prohibió a los negros adquirir propiedades fuera de las pequeñas reservas que se les marcaron.
La primera ley que firmó Nelson Mandela al llegar al poder en 1994 fue para corregir ese pecado original con una reforma agraria que no ha llegado a producirse, pero que cada vez más una buena parte de la población pide a gritos.