La caída en la demanda del VE lastra la exportación
Las fábricas españolas –y todas las de automoción– son un reflejo de la demanda de los mercados, dado que las marcas intentan encontrar el equilibrio entre los pedidos y los costes de inventario. Y, dado que el 89,1% de los vehículos que salen de nuestras cadenas de montaje van a parar fuera de nuestras fronteras –1,1 puntos porcentuales menos que hace un año–, el apetito por el coche eléctrico determina el volumen productivo.
En lo que va de año, se han ensamblado 1.794.685 vehículos en España, un 1,6% menos que hace un año. Esto se debe principalmente a la caída del 13,6% que han visto los vehículos comerciales. En lo que respecta al coche eléctrico, es la de Stellantis en Vigo y la de Mercedes-Benz en Vitoria las que más presencia tienen de modelos comerciales y cuentan con variantes cero emisiones de sus Citroën Berlingo, Peugeot Partner, Fiat Doblò y Mercedes-Benz Vito. En septiembre, las ventas de los vehículos comerciales, que también engloban las versiones térmicas cayeron un 18,2% hasta las 41.106 unidades.
Los turismos, en cambio, mostraron una tendencia positiva, aunque tímida: en el acumulado del año se fabricaron 1.450.001 unidades, un 1,7% más, mientras que en septiembre, el auge fue del 2,5%, hasta los 164.314 coches.