Israel recuerda a las víctimas del 7 de octubre bajo el fuego de las milicias proiraníes
Las sirenas sonaron este lunes a las 6.29 horas en Israel, durante el primer aniversario de los ataques de Hamás. Su sonido señalaba el momento en el que los terroristas sobrepasaron la valla de Gaza e irrumpieron a sangre y fuego en las comunidades agrícolas hebreas. Luego, más tarde, volvieron a activarse en tres ocasiones más en Tel Aviv y Haifa, pero en esta ocasión para anunciar la llegada de cohetes disparados por las milicias proiraníes desde Gaza, Yemen y Líbano.
Un año después del considerado como el '11-S' israelí, con 1.200 muertos y más de 200 secuestrados, Benjamín Netanyahu no asumió responsabilidad alguna y se limitó a decir que «estamos cambiando la realidad de la seguridad en nuestra región por el bien de nuestros niños, por el bien de nuestro futuro, para garantizar que lo que pasó el 7 de octubre no vuelva a suceder». El primer ministro propuso en esta jornada de homenajes rebautizar la operación militar en Gaza como la «guerra de la resurrección».
Netanyahu sigue adelante con su estrategia de uso máximo de la fuerza en todos los frentes. Permaneció ajeno a los gritos de las familias de los rehenes que, con motivo del aniversario, se concentraron frente a su residencia en Jerusalén para pedirle una vez más un alto el fuego que permita volver a sus seres queridos de vuelta a casa.