Illa, president; ¿y ahora qué?
La militancia de ERC ha decidido avalar la investidura de Salvador Illa y evitar una nueva convocatoria electoral. El resultado ha sido muy ajustado, con solo 550 votos de diferencia, entre el 53,5% que votó a favor y el 44,8% que lo hizo en contra. Este desenlace revela que el partido está totalmente dividido entre quienes defienden la necesidad de explorar la vía de diálogo que ofrece Pedro Sánchez para avanzar en el autogobierno y los que desconfían de esta estrategia y rechazan cualquier pacto con los socialistas.
Illa puede respirar por fin tranquilo. Será president. Pero sus
42 diputados están muy lejos de la mayoría absoluta y, a pesar de todas las concesiones hechas a ERC para esta investidura, el partido republicano no es ni mucho menos un grupo homogéneo con el que pueda contar para que le dé su apoyo. Marta Rovira ya anunció este viernes que se van a la oposición a vigilar desde allí el cumplimiento del pacto con el PSC. Hasta el congreso de noviembre, que deberá elegir una nueva dirección, que nadie cuente con los republicanos para hacer un tripartito. Y entonces, ya se verá.
Junts se queda en el ostracismo. La apuesta del todo o nada para investir a Carles Puigdemont le ha salido mal, y hoy es un partido que está fuera de casi todas las instituciones importantes del país. Y por su fuerza política y todo su simbolismo no debería quedarse al margen de esta vía de diálogo apenas iniciada.