
Hay una razón (científica) por la que los adolescentes se van tan tarde a la cama
Los adolescentes tienen que dormir más que un adulto. La horquilla de horas que deberían descansar cada noche está entre las ocho y las diez. Pero pocos cumplen con esto.
– Con sinceridad, no hay quien los eche a la cama...
– Pero no es un capricho. Hay varios factores que influyen y uno es biológico.
Sans, coordinador del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española del Sueño, lo explica con pausa: «Cuando llega la preadolescencia o la adolescencia, los jóvenes sufren muchos cambios físicos y hormonales. Y una de las cosas que les pasan es que se vuelven búhos desde el punto de vista de lo que se llama el cronotipo».
Se transforman: «Su ritmo circadiano, este ritmo de 24 horas que nos marca el estar despierto y el estar dormido, se alarga. Y lo que vemos, dicho a grandes rasgos, es que se vuelven más nocturnos. Durante la tarde y la noche, que es cuando deberían estar en condiciones de irse a la cama, se activan».