7Foto© elespanol.comFlorentino maldice la soledad del Real Madrid
Así, con mayúsculas. Porque cree que en el fútbol español no hay nadie con más poder. Ni Tebas. Ni más control. El presidente todopoderoso. El que no duda. El que se relaciona desde la prepotencia. El que decide. Como si fuera su casa. Él, solo. Nadie más.
En el Real Madrid no se mueve una silla sin su aprobación. No se cambia una bombilla sin su visto bueno. No entra ni sale un fichaje sin su sello. Todo pasa por él y sus pocos hombres de confianza. Todo. En la Asamblea General Ordinaria, decidió dar un paso más. Anunció la creación de una empresa filial para permitir la entrada de un inversor con una pequeña participación del club. Para añadir: Tan sólo quiere proteger al club.
¿Blindar el club? Quizás mantener el control, el suyo, casi monárquico. Para que más allá de su presidencia, quede un poder reducido, leal, fiel, miedoso. Ese es el plan. Ha convertido al Real en su reino. No dirige un club. Gobierna un territorio. Su ecosistema. Su modelo. Su cultura. Una forma de gobernar: vertical, quirúrgica, implacable. Y la estructura de hoy lo demuestra. No solo desea ganar. Desea dominar. Arrasar, si pudiera.