El superviviente Ayuso se lleva la Vuelta al País Vasco de las caídas
Todos los días una caída… y un esprint. En cinco días de Itzulia, la denominación oficial de la Vuelta Ciclista al País Vasco, sólo se cuentan las víctimas de las cunetas y se anota el ganador de la llegada masiva. Muchas cuestas, generalmente cortas, que no rompen el compadreo del pelotón. En Amorebieta, el panorama no cambia mucho, la verdad.
Un ertzaina, que protege la zona de llegada -muy cerca ni se han retirado los coches aparcados en las calles por las que pasa tres veces el pelotón-, escucha por la emisora que una ambulancia acaba de evacuar a un ciclista, y que se han caído cinco cuando pasaban por Mañaria, el pueblo del histórico Julián Gorospe. No sabe todavía que el peor parado es Mikel Landa, evacuado en ambulancia con fractura de clavícula. Es uno de los dos ídolos de la afición vasca, junto a Pello Bilbao, aunque en buena parte de los balcones de Amorebieta cuelguen banderas del Athletic.
Landa se cae, como lo hicieron diez más el jueves, en una bajada peligrosa como un lobo hambriento; entre los accidentados, Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y Primoz Roglic, las tres estrellas del firmamento ciclista que acudieron a Euskadi. Vingegaard, dos Tours en el zurrón, acaba con neumotórax, cinco costillas rotas y la clavícula. Llegará a la ronda francesa, pero su forma será toda una incógnita.