El perfil del nuevo sicario: menor y chapucero
En el grupo se subasta el próximo ajuste de cuentas en la Costa del Sol. Son varios los candidatos que se ofrecen y el 'broker' los emplaza a hablar en privado a través de un canal más seguro. Pudiera pensarse que los aspirantes al puesto son experimentados sicarios con sangre fría, nervios de acero y puntería certera. Pero no es así. El único requisito exigido es que sea menor de edad.
Porque el reproche penal, en caso de ser identificados, es mínimo. Y al no ser miembros de la organización, las mafias, cuando les contratan, se distancian aún más de los asesinatos que ordenan cometer. «Son como una especie de cortafuegos», apunta un mando policial con años de experiencia en la materia.
El objetivo es un traficante «muy importante» afincado en la Costa del Sol. El lugar de la ejecución, la puerta del gimnasio al que suele acudir a diario. El elegido para el trabajo, un joven sueco que, por su corpulencia, altura y también por su frialdad, puede engañar. Pero solo tiene 17 años. El 'broker' corre con los gastos del vuelo de Suecia a Málaga y el alojamiento en un hotel de la provincia. El plan es que consiga un patinete para desplazarse -y también para huir- y que vigile al objetivo para conocer un poco más sus hábitos y las medidas de seguridad que adopta.