El Gobierno mexicano protesta ante Google por aceptar la propuesta de Trump de renombrar el Golfo de México
La misiva, enviada por el ministro de Exteriores mexicano, Juan Ramón de la Fuente, señala que «la denominación golfo de México no obedece a una imposición de una fuente gubernamental única, como erróneamente sugiere Google», y defiende que se trata de «una denominación aceptada y registrada históricamente. Resalta, que además de constituir una costumbre internacional, se encuentra registrado legalmente en los índices de la Organización Hidrográfica Internacional (OHI)», de la que tanto México como Estados Unidos forman parte.
La presidenta del país latinoamericano, Claudia Sheinbaum, ha enseñado el documento durante la rueda de prensa en la que ha declarado que «si un país quiere cambiar la designación de algo en el mar, solo se aplicaría hasta las doce millas náuticas (22 kilómetros). No puede aplicarse al resto, en este caso, al golfo de México. Esto es lo que le explicamos en detalle a Google». Antes de la toma de posesión del republicano, la mandataria ya había sugirido en tono irónico que el país vecino debería llamarse 'América Mexicana', apelando a un texto de principios del siglo XIX.
No es el único cambio de denominación dedicida por la Administración Trump. La del monte Denali (en Alaska) pasa a ser monte McKinley. Ambas modificaciones «reafirman el compromiso de la nación de preservar el extraordinario patrimonio de EE UU y garantizar que las futuras generaciones de estadounidenses celebren el legado de sus héroes y sus bienes históricos».