El asesino silencioso vuelve a actuar en verano
Su lista de muertes es incalculable y en los últimos años ha ido a más. Unos le atribuyen centenares e, incluso, millares. Otros, las estadísticas oficiales, la rebajan a decenas. Aunque todos los expertos coinciden: «es muy complicado certificar las muertes por esa causa». Sus meses favoritos para actuar son los de verano: junio, julio y agosto. Especialmente los dos últimos, pero cada vez se le ve actuar antes.
Estos gráficos se corresponden con los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. «Nosotros calculamos las estimaciones de los excesos de mortalidad en relación con lo que ha ocurrido en los diez años anteriores», explica Diana Gómez Barroso, investigadora de este instituto. Una de sus últimas apariciones, recogen los atestados policiales, el pasado 12 de agosto.
«A la llegada de los equipos de Samur-Protección Civil, el hombre estaba semiinconsciente. El varón ha entrado en parada cardiorrespiratoria. No se ha podido revertir la parada», señalan las primeras notas. «A la llegada de los médicos tenía una temperatura corporal de 42 grados», se añade en el texto.