
El adiós del amigo americano
El caso es que se nos recluyó en nuestras casas, bajo amenaza de contagio inminente. Y todos hicimos caso, faltaría más. Desde hacía un siglo no se había producido en el mundo amenaza semejante.
El Gobierno puso como informante a Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, que todas las noches, en horario de máxima audiencia, nos explicaba en la tele la marcha de la pandemia, las medidas preventivas que teníamos que seguir, la cifra de infectados, la de fallecidos... ¿Se acuerdan de todo eso? Fueron días terribles.
No éramos conscientes, al menos yo, de la gravedad del asunto, no sé si por ignorancia o por miedo. Todo eso nos parece hoy lejanísimo, pero no lo es: fue anteayer, como si dijéramos. Y nos lo parece a los que lo sufrimos, aunque no lo padeciéramos.