Crítica de 'La Revuelta': A ver si Latre va a durar más en la parrilla que Broncano...
David Broncano no había entrado al trapo en la guerra previa que enfrentaba a su programa con 'El Hormiguero' y 'Babylon Show'. La cuenta en X de 'La Revuelta' jugaba a la desgana y el mensaje escueto. El nuevo espacio iba a ser «la misma mierda» que 'La Resistencia', adelantaba. «No tenéis ni logo», apuntaba un tuitero. «Ni ilusión», contestaba el presentador, que en una entrevista aseguraba que el guion del primer programa ocupaba folio y medio. Horas antes de su debut, Broncano contaba a Carlos del Amor que la grúa utilizada en el show era «igual que la de 'El Hormiguero' en 2012».
El (falso) victimismo, el tono pasota y desencantado era una estrategia lógica. La marca de fábrica de 'La Resistencia' consistía en que su presentador jugaba al mal entrevistador, desconociendo los méritos de su invitado y poniéndolo en aprietos con preguntas incómodas: el dinero en el banco y las veces que había hecho el amor en el último mes aseguraban la viralidad de las respuestas.
'El Hormiguero' puede dar repelús, pero resulta innegable que es una máquina engrasada en la que todo el tiempo pasan cosas. Lo de Broncano es diferente. No aspira a ser un espectáculo para toda la familia. Ni siquiera aspira a ser un espectáculo. Compite (y pierde) con otras armas.