
Corrupción, la mancha de la democracia
Filesa, los GAL, Ibercorp… Pero si una imagen se asocia a la corrupción de los gobiernos de Felipe González en los años 80 y 90 es la de su director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, en calzoncillos en mayo de 1994.
Aquel caso tiene algunas similitudes con el de Cerdán, Ábalos y Koldo: un vínculo con Navarra (Roldán, aragonés de nacimiento, había sido delegado del Gobierno en la comunidad foral), la participación de prostitutas en el escándalo y sobre todo, el cobro de comisiones ilegales.
Roldán acumuló un botín de 1.700 millones de pesetas (más de diez millones de euros) provenientes de los fondos reservados y de mordidas por adjudicaciones para la construcción de cuarteles de la Guardia Civil y de cárceles, entre otros contratos. La historia tuvo un final todavía más rocambolesco que el de la trama de Cerdán (salvo algún giro de guion de última hora).