
Casas por los suelos en Japón
Pero este fenómeno tiene una explicación. Conocidas popularmente como 'akiyas', estas viviendas deshabitadas, muchas de ellas levantadas en áreas rurales, son el resultado de la profunda crisis demográfica y el envejecimiento acelerado de la población que soporta Japón, donde el 10% de la ciudadanía tiene más de 80 años.
En 2024, el país batió récords, cuando perdió 898.000 ciudadanos respecto al año anterior y situó la cifra total en 120,3 millones de habitantes, según los datos publicados por el Gobierno nipón. Se trata del mayor descenso desde que se recogen datos comparables, en 1950, y evidencia que el país del sol naciente atraviesa su peor crisis demográfica desde la Segunda Guerra Mundial.
Con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo, situada en 1,2 hijos por mujer, una alta concentración de personas mayores y un cambio de los patrones migratorios, Japón se enfrenta al despoblamiento de sus áreas rurales. Las familias más jóvenes huyen a las grandes ciudades en busca de oportunidades laborales y de estudio y los herederos de propietarios de viviendas situadas en estos entornos prefieren deshacerse de ellas antes que asumir una rehabilitación que puede resultar millonaria tras sufrir años de abandono.