
Bollos con magnesio, leche con calcio… ¿qué alimentos enriquecidos merecen la pena?
El mercado de los alimentos enriquecidos es un buen ejemplo de ello. Cada vez hay más en los estantes del supermercado. Desde el yogur 'mejorado' con vitamina E hasta los cereales con B3 pasando por la sal con yodo, el zumo con zinc o la carne vegana con hierro. Unos duran más en el mercado y otros desaparecen pronto. ¿De qué depende? De que 'conecte' con el consumidor.
«En principio, los alimentos enriquecidos son aquellos a los que se añaden vitaminas y minerales y tienen un gran potencial para suplir las deficiencias nutricionales de la población», señala Ana Belén Ropero, profesora de Nutrición y Bromatología en la Universidad Miguel Hernández. Si, por ejemplo, por nuestro estilo de vida y por nuestra dieta no somos capaces de tomar suficiente calcio, podríamos intentar darnos ese 'punch' que nos falta consumiendo productos naturales ricos en él y añadiendo otros a los que se les incorpore en la fabricación.
Este sería el caso de la leche, a la que no se le ponen pegas porque se le añada calcio, vitaminas E, D... Es uno de los productos que más consenso acumula entre los expertos en las cosas de comer y la salud. Y su consumo es alto: el año pasado, tomamos 8,79 litros por cabeza en nuestro país. Va a menos, eso sí (en 2019 superábamos los 10 litros per cápita) pero también porque el consumo de leche ha descendido en favor de las bebidas vegetales.