
Así funcionan los lobbies en el Parlamento Europeo
La presión en Bruselas es enorme. La capital belga acoge las sedes de la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo, además de los cuarteles generales de la OTAN. «Es como Viena en los años 30», apunta un eurodiputado. El portal de transparencia de la UE confirma que hay más de 13.700 lobbies registrados y la mayoría concentra su actividad en Bruselas. Son ONGs con «auténticos ejércitos de gente», compañías y asociaciones de comercio y negocio, pero también los hay que representan a terceros países.
Por lo general, estos organismos mantienen contacto con la Comisión Europea y con los eurodiputados de las comisiones parlamentarias que sean de su interés. Elaboran informes, organizan eventos y mantienen reuniones con representantes políticos para que sus opiniones cuenten en el proceso legislativo. «No es tráfico de influencias ni corrupción, cooperan y participan en la elaboración de las leyes. Tenemos que tener menos prejuicios en torno a los lobbies, pero actuar de forma muy transparente y ser muy exigentes con ellos», defiende el eurodiputado del PP Javier Zarzalejos.
En sus seis años en el Parlamento Europeo, el político español ha tenido una experiencia «muy tranquilizadora» con los grupos de presión. «Puedes estar más o menos de acuerdo con su postura, pero hay mucha actividad sobre todo en temas digitales, farmacéuticos…», explica.