
Álex Márquez, un motor diésel a pleno rendimiento
Pese a su excelso palmarés, a menudo ha tenido que escuchar críticas acerca de sus aptitudes sobre la moto o voces que decían que estaba en el Mundial por ser hermano de Marc. Y aunque este año sería el indicado para contestar a todos esos 'haters', el siempre educado Álex no tiene intención de perder ni un solo segundo en pasar facturas. «No tengo nada que decir. Al final la mejor manera de hablar es la pista y creo que es lo que estoy haciendo. En eso estoy muy tranquilo conmigo mismo», comentaba el pasado domingo en rueda de prensa, todavía en una nube tras su recital en Jerez.
Álex Márquez siempre ha tenido que convivir con las comparaciones, algunas veces hasta dañinas, que no le han afectado lo más mínimo. Ha llevado con enorme orgullo ser el hermano de uno de los mejores (sino el mejor) pilotos de la historia. Una situación que siempre ha llevado peor Marc, en su papel de hermano mayor protector.
Frente a la explosividad de Marc, capaz de subir de categoría o cambiar de moto y de condiciones y estar siempre en la pelea, Álex siempre se ha considerado un diésel, que ha necesitado su periodo de adaptación cada vez que ha afrontado un nuevo reto. Trabajador y disciplinado, siempre ha demostrado su talento y ha sido capaz de sacar adelante sus objetivos.