Adolfo Carretero, la trastienda del interrogatorio a Elisa Mouliaá
Mientras los informadores forcejeaban en la melé para captar el testimonio de Mouliaá, a escasos diez metros abandonaba su lugar de trabajo un hombre que portaba gabardina larga de color negro, gafas de sol y un maletín. Caminaba a paso tranquilo, pasando desapercibido.
Casi nadie de los presentes supo entonces que se trataba de Adolfo Carretero, el juez que instruye la causa y auténtico protagonista de los interrogatorios. Un «pata negra» de 67 años, hijo y hermano de magistrados, cuya popularidad en los juzgados madrileños llega desde los agentes de seguridad hasta el personal de la limpieza.
Le conocen como «el del 47» por el número de juzgado de instrucción que dirige desde hace 15 años. Y su estilo «excesivo y un tanto intransigente», amplificado ahora con el 'caso Errejón' o tres años antes en el 'caso mascarillas', que afecta a Luis Medina, hijo del duque de Feria, ya es de sobra conocido por quienes le han tratado. «Lo tiene todo menos la templanza y no toma distancia cuando coge un caso con ganas. En su juzgado hay que contestar a sus preguntas si quieres tener una opción de archivo», describe un abogado que lo ha padecido en sus carnes.