Un último clásico entre Ancelotti y Xavi pleno de contrastes
Viento en popa a toda vela para el técnico de Reggiolo, que tiene a tres partidos de distancia la que sería su quinta Liga de Campeones, lo que consolidaría su lugar en el trono del palmarés del torneo más prestigioso. Sería la tercera en el banquillo blanco, un hito con el que igualaría a Zidane, que fue en su momento su discípulo en Chamartín. Atrás quedan los cantos de sirena de la selección brasileña y cualquier duda sobre una gestión táctica y humana del vestuario incuestionable, pues Carletto es tan querido entre sus futbolistas como desde los despachos del club.
Mientras, en la Ciudad Condal, la planta noble del Barça conoce desde hace tres meses la decisión de Xavi para dejar el club una vez acabe la temporada, una firme intención que se puso en duda a medida que el Barça iba enderezando el rumbo hasta consolidar el segundo puesto liguero a la zaga del Madrid y progresar en la Champions, donde soñó con las semifinales hasta el descalabro contra el PSG en Montjuic el pasado martes.
El duro golpe ante el campeón francés ha supuesto un auténtico baño de realidad para el Barça y ha diluido cualquier conjetura sobre la continuidad de su técnico. Queda por ver el alcance de aquella intención de convencer a Xavi para su continuidad que Rafael Yuste, vicepresidente deportivo del club, manifestó hace pocas semanas. El entrenador refrendó su postura el martes, tras la derrota ante el PSG. Las propias dinámicas del fútbol, tan resultadista y sensible a los cambios de tendencia, hacen pensar que esta etapa está cerrada a la espera de concretar el sustituto.