
Starmer saca el hacha y remodela su Gobierno para evitar el adelanto electoral
Starmer, un político con poco carisma, ha perdido a su 'número dos', que era el gran referente de la izquierda. Rayner procede de una familia pobre y desestructurada. Sin estudios y embarazada con 16 años, llegó a la política a través del sindicalismo y la lucha obrera. Pero cometió el error de no pagar todos los impuestos al adquirir este año una segunda residencia. Pecado mortal para la vice primera ministra y, además, titular de la cartera de Vivienda. Partidaria de elevar los gravámenes para los ciudadanos, dejó de abonar casi 50.000 euros. Ha sido su tumba política.
Starmer reaccionó de inmediato con una remodelación el viernes de su gabinete y con otra serie de cambios este sábado en los puestos intermedios. Pero no parece haber servido para sofocar la hoguera. Hasta los suyos, los progresistas, empiezan a perder la fe en el proyecto.
Rosie Duffield, exdiputada laborista y ahora independiente, lo expresó así: «La remodelación en el gabinete es como cambiar las sillas en la cubierta del Titanic». Asegura que está en contacto con muchos cargos de su antiguo partido y que reina el pesimismo: «Ellos no lo pueden decir, obviamente, pero comparto con algunos grupos en WhatsApp.