
Siete vinos que arrasan este verano en las terrazas
Es que no se puede decir de forma más explícita. El verano siempre ha sido verano con sus calores, con sus sofocos, con sus insectos, ... con sus sudores, con sus pipirranas, con sus gazpachos, con sus tortillas de patatas, sus filetes empanados y las ensaladas de pimientos rojos asados. Anda.
En el frutero lucían las peritas de San Juan, las cerezas de Güéjar Sierra o aquellos melones «dulces como el almíbar» que venían de Villa Conejos. Y para beber, del pipo, botijo o búcaro que hacía el agua fresquita. Mi padre solía acompañar la comida con vino blanco Pasto, que decía el admirable abogado Martínez Dueñas que tenía diez grados menos que el agua.
Retrocedo para añadir a la ensalada de pimientos rojos cebolleta, huevos cocidos y una fritura de morralla, hoy prohibida. Era una sinfonía de sabores –que diría algún cursi gastrónomo– aquel pescadito en su más tierna infancia.