Segunda vida para los coches: el 95% se puede reciclar
Así, la segunda vida de un vehículo empieza cuando sus piezas antiguas vuelven a tener una utilidad y esto se puede producir por medio de tres vías: reutilizarse para que las incorporen otros vehículos; reciclarse para fabricar otros componentes y piezas; y, en el caso de que no se puedan hacer ninguna de esas dos cosas, se transforman como posible fuente de energía.
Este proceso de segunda vida comienza en los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos (CAT), que arranca con el proceso de descontaminación del vehículo (batería, líquidos contaminantes como el aceite, el líquido de frenos, el líquido refrigerante) y, a continuación, el proceso de desmontaje de cada una de las piezas, de acuerdo a la información oficial de cada fabricante que viene recogida en la plataforma europea y regulada, 'Aidis'.
España cuenta con cerca de 1.300 CAT, que no son solo el último destino de los coches fuera de uso, sino también son grandes hipermercados de las casi 4.000 piezas que componen estos vehículos. Antes de ser convertidos en chatarra, los faros; alternadores; las válvulas EGR; frontales o los motores de arranque se guardan para ser vendidas de forma independiente a usuarios que las necesitan.