
Putin acuerda con Trump cesar sus ataques a las infraestructuras energéticas de Ucrania durante 30 días
Trump no logró que Putin aceptara una tregua incondicional de un mes, tal como Estados Unidos y Ucrania habían acordado la semana pasada. Que Rusia se avenga a no atacar las instalaciones eléctricas ucranianas durante un mes es una concesión mínima. Lo que quiere Putin, y ayer consiguió, es seguir ganando tiempo y terreno hasta que Trump se canse. Por eso le dio largas.
Le dijo que no sin decirle que no, y Trump no está preparado para las ambigüedades. Su formación como promotor inmobiliario no le ha preparado para un mundo que es un juego de sombras y espejos. Putin tiene en Trump a un gran aliado, no solo por lo que le ofrece, sino por su debilidad. La pelota está ahora en el tejado de la Casa Blanca.
Si Trump abandona a Ucrania, como así lo espera Putin, Europa difícilmente podrá defenderla sola. La guerra, de momento, no tiene fin.