
Por qué Neinor compra Aedas
La crisis de 2008 provocó un cambio radical. Algunas de las empresas más importantes desaparecieron del mapa, como Martinsa, Fadesa o Reyal Urbis. El mercado liquidó todos los activos y los bancos, principales financiadores, pusieron pies en polvorosa después de colocar en la entidad del Estado, la Sareb, pisos y suelos que ahogaban sus balances.
El sector quedó maldito y a nadie en España se le ocurrió invertir un euro. Pero la necesidad de vivienda no se fue. Las familias, que siguen necesitando un techo, no pueden desaparecer y han chocado con esa realidad poniéndole cifras: desde 2020 se han construido 400.000 viviendas, pero se han creado 800.000 hogares.
Esa demanda embalsada ha ido creciendo mientras la promoción inmobiliaria ha tenido dificultades para acceder a financiación. Ese papel, especialmente desde 2014, lo han asumido grandes fondos de inversión internacionales que se han puesto detrás de los nuevos actores: Bain Capital con Habitat, Värde con Vía Celere, Oak Tree con Culmia o Castlelake con Aedas. En su cabeza sonaba bien: demanda creciente, falta de oferta, nuevos mercados como el alquiler o el 'senior living'... Pero no contaban con un problema, la lentitud administrativa para tramitar suelos o, simplemente, la falta del mismo.