
Philipsen regatea a Viviani y repite triunfo en La Vuelta
Así se llama la zona para brindar de la capital del Ebro. El Tubo. Es conocido por sus calles llenas de bares de tapas y estrechas. Al velocista belga también se le hizo angosta la recta de meta. Tenía por delante a Viviani, que se fue desplazando hacia la derecha mientras esprintaba. Philipsen se quedaba sin hueco. Pero es hábil. Como un extremo de fútbol, sorteó al italiano. Le regateó. Le pasó por la derecha. A toda velocidad con el espacio justo.
En Mayo del 58, La Vuelta también pasaba de largo por Zaragoza camino de Pamplona. En Santa Engracia, el ciclista Rik Van Looy vio a unos novios a las puertas de la iglesia y juró que si ganaba se la iba a dedicar. No falló el belga. Tampoco lo ha hecho Philipsen, cumpliendo los pronósticos de que no tiene rival en las volatas de La Vuelta.
Desde que nació, en 1935, la Vuelta a España ha mantenido su flechazo con Zaragoza. En aquel primer paso, precario y por carreteras sin asfaltar, encandiló a los aficionados. Paralizó el país. Al primer paso por la meta, George Bennett decidió bajarse. Había estado en las dos caídas que ha habido en lo que va de Vuelta y estaba machacado por los dolores. Antes, abandonaron Fagundez (Burgos) y Oliver Knight (Cofidis), enfermos por un virus estomacal que ya ha mandado a casa a diez ciclistas.