'Padre no hay más que uno 4': Santiago Segura agota el humor blanco
Charlando con el filósofo Ernesto Castro en la Cineteca de Madrid —dentro del coloquio Pistas del presentimiento, celebrado el pasado 11 de junio—, el director Nacho Vigalondo aseguró que la comedia era hoy día el único reducto donde se podía representar la españolidad. Naturalmente no tardó en salir a colación la obra de Santiago Segura. ¿A qué españolidad se refería el director de Los cronocrímenes? Aventurándonos a lo que pudiera pensar el público durante los segundos siguientes, quizá a algo castizo, nostálgico de lo rural, religioso, fiestero y, por supuesto, masculino castellanoparlante.
Esta españolidad surge de un concepto tan complejo —pero reconocible por la totalidad de la ciudadanía— como es la “españolada”. También del Spain is different. Lo interesante es que el puente entre ambos fenómenos dista de ser algo interno, una identidad naturalizada, por estar creado desde la exterioridad.
Españolada fue lo que empezó a hacer el francés Prosper Merimée al escribir Carmen a mediados del siglo XIX, imaginando España como un territorio indómito desgajado de Europa. Mientras que Spain is different fue un lema ideado por la maquinaria de Manuel Fraga durante el franquismo desarrollista para impulsar el turismo.