
«Los monitores iban desnudos y se duchaban con nuestras hijas e hijos en el campamento»
En todos los casos, el resumen que les hicieron las chicas a sus madres fue el siguiente: los monitores obligaban a los niños y niñas (de entre 13 y 15 años) a ducharse juntos con el argumento de que, si alguien no se identificaba con el género masculino o femenino, podía sentirse «categorizade» (sic).
También les explicaron que los monitores y monitoras se duchaban con ellos y que, a menudo, muchos cuidadores se paseaban con sus miembros sexuales al descubierto. Una de las niñas contó cómo los espejos del alojamiento estaban inutilizados para que los niños no se arreglasen, aunque en uno de ellos habían dibujado a una mujer con las piernas abiertas junto a la frase «on egin» (buen provecho).
Otra madre ha denunciado un caso de acoso sexual hacia su hija por parte de otro chaval en el que «tampoco se hizo nada».